"Desde hoy, el conocimiento, el pensamiento, la invención, el aprendizaje colectivo ofrecen a cada cual la participación en una multiplicidad de mundos, tienden puentes por encima de las separaciones, de las fronteras y las escalas graduadas del Territorio. Al desembocar en la pluralidad de los universos de significaciones, el Espacio del saber nos haría quizás reencontrar la Tierra. La identidad plena atraviesa los cuatro espacios (terrestres, territoriales, afectos mercantiles y sapienciales) " Pièrre Levy, 'La Inteligencia Colectiva'. 2004.
Cuando era adolescente y después de haber sido consciente de mi infancia inmersa en la historia de censura y oscuridad de mi país -con la suerte de haber crecido en un ambiente de libertad puertas adentro de casa- recuerdo una tarde en la que me tuve que meter así vestida como estaba debajo de la ducha fría, llorando. Esa tarde del fin de semana de Pascua de 1987, con 16 años temí perder el derecho a decir lo que pensaba, la posibilidad de nutrirme de todas aquellas ideas, lecturas, conversaciones y actividades que se habían convertido en el motor de mis decisiones y la fuente de mis proyectos, el derecho a reunirme con mis amigos cuando nos diera la gana, el derecho a expresarme y a hacer circular lo que otros expresaban.
De sólo pensar en eso, sentía que enmudecía. Sin embargo, grité. Grité bajo la ducha, hasta el agotamiento. Y pensé en cómo escapar, tomé la decisión de que algo haría para huir de esa imposición, porque no estaba dispuesta a que una parte de mí dejara de ser Yo.
Hace tiempo ya que mi lugar está lejos de esa ducha fría. Además de que en Barcelona tengo agua tibia (y varios abrazos tibios), desde hace unos cuantos años encontré mis espacios en este anchísimo universo que es Internet. Empecé por afición, y probablemente porque resulta que la Web es el lugar que atraviesa todos los horizontes por excelencia.
Suelo decir que aquí aprendemos, compramos, sentimos, jugamos, hablamos, y que podemos hacer "prácticamente todo excepto oler...casi tocar" todo aquello que reconocí como parte de mi identidad desde pequeña, también puedo ampliarlo desde la orilla digital. Y mucho más, porque si bien muchos no tenemos el placer de poder mirarnos a los ojos por aquí, sí que podemos mostrarnos el alma y movernos la neurona, compartir múltiples espacios, experiencias, puntos de vista y producir juntos incluso en la confrontación, más allá de los límites y los desafíos que las fronteras geográficas nos impongan.
Pero otros desafíos parecen llegar 'desde fuera'. La discusión que se ha instalado en estos días desde el Ministerio de Cultura como parte de un anteproyecto de "Ley de economía sostenible" (cosa paradójica si las hay esa denominación, empezando por la insostenible incertidumbre que nos ha provocado), la posibilidad de que algunos de los rincones de la web en los cuales se comparte sean cerrados por hacer circular lo que otros han producido, se desplaza necesariamente de una cuestión de protección económica o comercial al terreno de la limitación de los derechos y libertades, la censura.
El por qué de que tantos no sólo lo veamos asi, sino que también lo estemos viviendo profundamente, es quizás, en primer lugar, que todos nos sentimos productores de ideas, incluso quienes hacemos circular y compartir contenidos producidos por otros.
Hoy nos toca gritar a todos por aquí. Lo hacemos por diferentes motivos, unos creen que la industria ya nos hace pagar lo suficiente en cánones, impuestos, servicios, como para también exigirnos no poder compartir o reproducir aquello que ya se nos ha cobrado. Otros porque consideran que la web es de todos, motivo por el cual si un producto es de nuestra propiedad y el espacio en que lo hacemos circular también lo es, no existiría desde la lógica un argumento válido que pudiera coartar el derecho a compartirlo. Alfonso Alcántara cita en su blog una carta de un lector enviada al diario 'El País' que señalaba incluso el beneficio publicitario (del que siempre estuve convencida) que le proporcionamos a un artista al reproducir y compartir su obra. De los motivos mencionados, adhiero a todos.
Sin intentar equiparar esta época de la historia ni de mi vida con la del temido retorno de la censura en mi adolescencia -desde un punto de vista epistemológico, son inconmensurables :) -, siento que una parte de lo que 'somos' como dueños de nuestros espacios está seriamente amenazada. Siento que de alguna manera, intentan enmudecernos. Es una pena que ya tengamos que empezar a pensar formas alternativas de huir de esta amenaza -que seguramente las encontraríamos muy rápidamente-. Es una pena que tengamos que esforzarnos y movilizarnos tanto no por una conquista, sino por nuestros derechos.
Por eso, en medio de esta contienda, no solamente me sumo al manifiesto, también celebro nuestra postura y nuestras voces.
En lugar de darnos una ducha fría, hay que salir al sol.
Hay que salir a pelear,
hay que salir a luchar,
hay que volver a encontrar
todas las cosas divinas,
defender el lugar.
Tenés que hacerte valer,
no sos un trapo de piso
Vos decidís un país,
podés cambiar este gris
ahora, o no lo hacés más.
Es el momento mi amor,
es un momento crucial
Hay que salir al sol.
Yo no me banco el dolor
que me cargan en la espalda
Despiértense de una vez
y no me hagan a mí
sentir lo que no se bancan.
Conéctense de una vez
y van a ver que es posible
Despiértense de una vez,
algo hay que volver a hacer
en este puto lugar.
Alguna vez en la vida, amor
vamos a volver a hablar
Hay que volver a empezar,
hay que volver a soñar,
hay que volver a sentir
que no se puede vivir
sin esa poca de sal.
El odio me hace sentir
a los cretinos de siempre
Pero yo puedo cambiar
el odio por libertad
También me asusta y me pierde.
Hay que salir a pelear,
hay que salir a luchar
hay que volver a encontrar
todas las cosas divinas,
defender el lugar.
Hay que salir al sol.
Fito Páez, 'Salir al Sol'. Álbum 'Naturaleza Sangre', 2003.
Las palabras de Lèvy sabes que para mi son poesía, lo que dices y como lo dices sabes que me hace sentir bien ... todo junto ... estoy muy emocionado :) .
ResponderEliminarYo también me he emocionado mucho leyendo tu comentario. Y además porque sé que entendés cada palabra, que te apropiás de todo aquello que te llega.
ResponderEliminarEs que sos un embajador de los contenidos compartidos ;)
Mi respuesta no podría caber en este recuadrito.