Anoche, Juanjo Millás estuvo con Ferrán Monegal. Suelo mirar -cuando tengo tiempo y me acuerdo de que es martes- el programa de Monegal, porque me parece uno de los pocos que se toma en serio eso de hacer 'metacrítica' (critica la tele en la tele), y porque Ferràn Monegal es simplemente entrañable, y habla en catalán más o menos tan precisamente como yo.
Resulta que Juanjo Millás dijo en la tele varias cosas interesantes. Lamentablemente no tenía lápiz y papel a mano para anotarlas literalmente, pero fueron de esas que te pegan como cachetada:
"Que la Universidad quiera normalizar, asusta un poco. ¿Qué quiere decir que la educación quiere 'normalizar'? Probablemente es que dejará fuera a un montón de personas por no dar el mismo tipo de respuestas que la mayoría. He oído decir que el sistema no enseña para el mundo real, más bien educa a los estudiantes como si fueran a ser profesores de Universidad. No es eso una falacia?"
Millás, un señor flaquito que exuda intelectualidad y que se ríe poco en cámara, estaba diciendo que el sistema educativo es arcaico y que margina. No es exactamente así a rajatabla, pero el problema no radicaría en que el sistema intenta (de hecho, lo hace) formar a futuros profesores, sino en cómo esa formación se va actualizando, si realmente lo hace. En cómo quedan rezagados quienes 'no se adapten' a un armazón que se va flexibilizando a cachitos: una reforma autonómica por aquí, un programa de formación con las TIC por allá, un taller de matemática que emplea el cálculo mental durante dos años y sólo para 5to y 6to...
¿Por qué pretendemos siempre que los docentes 'quieran actualizarse', si el esfuerzo por implementar programas integrales, articulados de un ciclo al siguiente, y que tengan no sólo continuidad sino un espíritu inclusivo -en lugar de resignarse a excluir- suele ser todo depositado en ellos?
Yo entiendo a esos profesores de más de 15 años de ejercicio que se conforman con que sus alumnos 'pongan creatividad' para presentar un tema en su lección frente a la clase. Y que la lección consista en ilustrar con imágenes pegadas en cartulina o fotocopiadas de la enciclopedia (en el mejor de los casos, bajadas de Internet, lo que ha implicado una búsqueda), en lugar de hacerlo en grupos colaborativos, o de investigar por sus propios medios y luego contrastar la información...
Yo los entiendo, porque hay un sistema que no termina de aceptar el cambio, que les pide eso. Porque luego, más adelante, para entrar a la Universidad, de esos niños aprobará la selectividad el que recuerde más respuestas de memoria, o quien traiga una libreta con mejor calificación en Matemática. Pero los chicos que aporten propuestas creativas o que pretendan aplicar un camino diferente para demostrar un teorema (con más pasos, quizás, pero construido y razonado por ellos mismos), no serán admitidos en la Universidad...
Y si lo fueran, no durarían. Y si duraran...vaya problema social para todos nosotros! Habríamos 'normalizado' a unos creativos.
¿Será que el problema no radica en querer formar a futuros profesores, sino en querer 'reproducirse'? ¿Estará la educación reglada condenada a ir 10 pasos -o 5 años- detrás de la innovación, debido a su naturaleza 'endogámica'?