1 de octubre de 2009

Nada se pierde

Conversando sobre la motivación al enseñar y aprender, el 'ida y vuelta', dar y recibir...
La canción del día de ayer era ésta:



   Todo se transforma

   Tu beso se hizo calor,
   luego el calor, movimiento,
   luego gota de sudor
   que se hizo vapor, luego viento
   que en un rincón de La Rioja
   movió el aspa de un molino
   mientras se pisaba el vino
   que bebió tu boca roja.

   Tu boca roja en la mía,
   la copa que gira en mi mano,
   y mientras el vino caía
   supe que de algún lejano
   rincón de otra galaxia,
   el amor que me darías,
   transformado, volvería
   un día a darte las gracias.

   Cada uno da lo que recibe
   y luego recibe lo que da,
   nada es más simple,
   no hay otra norma:
   nada se pierde,
   todo se transforma.

   El vino que pagué yo,
   con aquel euro italiano
   que había estado en un vagón
   antes de estar en mi mano,
   y antes de eso en Torino,
   y antes de Torino, en Prato,
   donde hicieron mi zapato
   sobre el que caería el vino.

   Zapato que en unas horas
   buscaré bajo tu cama
   con las luces de la aurora,
   junto a tus sandalias planas
   que compraste aquella vez
   en Salvador de Bahía,
   donde a otro diste el amor
   que hoy yo te devolvería...

   Cada uno da lo que recibe
   y luego recibe lo que da,
   nada es más simple,
   no hay otra norma:
   nada se pierde,
   todo se transforma.

Jorge Drexler, álbum "Eco",2004.
(Gracias, Guillermo)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dejame tu mensaje: